REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA A NIÑOS Y NIÑAS Por: Norma Rojas Coordinadora de Acción por los Niños El pasado 17 de noviembre, el Proyecto Internacional “Niños del Milenio” de Save the Children UK, presentó la publicación “La Violencia contra Niñas y Niños. Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación” que describe las Violaciones a los Derechos de los Niños durante el conflicto armado interno que vivió nuestro país entre los años 1980 y 2000, y que es motivo de la siguiente reflexión. Según las investigaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), el 12.8% fueron menores de 18 años, las niñas, niños y adolescentes fueron objeto de tortura, desapariciones forzadas, asesinados, reclutamiento forzado y violencia sexual tanto por parte del Estado Peruano como de los grupos subversivos de Sendero Luminoso y MRTA.

El informe de la CVR también señala que muchos fueron interrogados para obtener autoinculpaciones, torturados para atemorizar a la población u obtener información de sus padres y algunos fueron obligados a presenciar los abusos y la extrema violencia que se cometía contra sus padres, familiares, vecinos o amigos. Al igual que en el caso de los adultos, el fenómeno de la desaparición forzada por parte del Estado, también se produjo en los niños y niñas. Si un menor de edad no tenía documentos era inmediatamente detenido, y fueron esas circunstancias que cientos de adolescentes entre los 16 y 17 años de edad fueron detenidos y posteriormente desaparecidos. Los grupos subversivos por su parte, usaron el asesinato, el reclutamiento forzado y el secuestro como su principal arma contra niños, niñas y adolescentes. En este contexto, la violencia sexual extendida en el conflicto armado interno también alcanzó a nuestros niñas y niños. 

En el caso del Estado, este acto sirvió como método de tortura para obtener información de la víctima o para que sindique a cualquier otra persona, es así que muchas de las ejecuciones extrajudiciales fueron precedidas de violación sexual. También se reportaron otras formas de violencia sexual como la servidumbre o la explotación sexual infantil dentro de las bases militares. Por parte de los grupos subversivos, la violencia sexual infantil, aunque fue menos frecuente, también alcanzó un número significativo de víctimas en relación a los adultos. La CVR comprobó que a pesar de sus discursos donde manifestaban que la violación sexual era sancionada, eran los propios cabecillas de Sendero Luminoso y el MRTA quienes la ejercían. Incluso durante las retiradas o repliegues se perpetraron una serie de violaciones a niñas y adolescentes. 

La violencia contra los niños y niñas persiste Algunos podrán considerar que las violaciones a los Derechos del Niño descritas anteriormente, se explica debido al contexto de violencia política que sufrió nuestro país, sin embargo nada justifica la violencia ejercida contra nuestros niños antes y hoy. Por ello, en pleno proceso de reconstrucción de la democracia y cuando nos encontramos en un contexto distinto al que generó la violencia política, vemos que diariamente sus derechos siguen siendo violentados con hechos tan lamentables como los vividos en los años 80 y 90. 

Este panorama de agresión y maltrato hacia los niños se refleja en la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar - ENDES 2000, que señalaba que durante el año 2000 el 41% de los padres recurrió al castigo físico para corregir a un menor. 

Mientras tanto, durante el período de enero a septiembre del 2005, los Centros de Emergencia Mujer del MIMDES han atendido 4,480 casos de violencia contra niños y adolescentes de los cuales el 65% (2,890) son casos de violencia física o psicológica y el 35% (1590) casos de violencia sexual. Otro dato importante es de los Módulos de Atención del Maltrato Infantil (MAMIS) instalados en hospitales para el cuidado integral de abuso infantil que indica en los 3 últimos años en los 20 hospitales que cuentan con este módulo que han atendido alrededor de 10,000 casos. 
 
Las Defensorías Municipales del Niño y del Adolescente (DEMUNA), ha reportado durante el primer semestre del 2005, un total de 8,689 casos de violencia contra niños, niñas y adolescentes (violencia familiar, maltrato infantil y atentados contra la libertad sexual) en 19 departamentos del país. En lo que se refiere a la desaparición de niños y niñas, la Organización de 

Latinoamericanos Desaparecidos reportó en el 2004, un total de 556 niños, niñas y adolescentes desaparecidos, cifra que constituyó el 36.82% de los casos reportados en ese año, y en lo que va del 2005 hasta el mes de septiembre, suman 524 casos. Cabe precisar que muchas de estas historias de desaparición, tienen relación con fines ilícitos, los niños son separados de sus familias bajo engaños, secuestro o seducción y sometidos a explotación sexual (pornografía, prostitución y trata), explotación laboral o son víctimas de adopciones ilegales. 

La Conferencia Episcopal Peruana, en el documento “Niños y adolescentes maltratados: y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe”, alerta acerca del reclutamiento de menores de edad para el trabajo en las Rondas o Comités de Autodefensa.
 
La edad mínima para participar en los Comités de Autodefensa es 18 años, sin embargo, el Episcopado señala que hay evidencias que esto no se cumple y que niños entre 13 y 17 participan las rondas. Además son los propios Jefes de los Comités quienes aceptan a los niños “en reemplazo de sus padres por su agilidad y eficacia en las acciones de defensa, sin reparar en los riesgos de estas actividades para su integridad física, ni en el daño que ocasionan a su salud mental al estar involucrados en acciones de violencia”. Y tenemos todavía en la larga lista casos de indocumentación, negación de alimentos y filiación por parte de los padres, falta de acceso a educación y servicios de salud, que agravan aún mas este contexto. 

Erradicar la violencia contra niños urgente y necesario Proteger y atender a nuestra niñez y adolescencia es tarea del Estado y la Sociedad Civil. Por eso, debemos acabar con la violencia que se ha institucionalizado contra nuestros niños. Muchos padres creen que los niños son de su propiedad y que pueden hacer con ellos lo que quieran y; ven al niño como minusválidos que deben ser protegidos mientras esperan tranquilamente su conversión en “adulto”. Esta es una práctica y una visión errada.
 
El Niño es un sujeto social de derechos y como tal tiene el derecho de participar en su desarrollo, es un sujeto que merece y necesita nuestro respeto. Así como el medio influye en el niño, el niño puede influir en su entorno sin forzar su evolución. Debemos pues “respetar al niño en su derecho a opinar, participar, dar su contribución y asumir responsablemente compromisos con su familia, en la escuela, en trabajo, en la comunidad y consigo mismo”. Si queremos una sociedad democrática con valores de igualdad, equidad, solidaridad, justicia y paz, no formemos con malos ejemplos, descartemos la cultura de la violencia. 
 
La violencia no es un instrumento educativo, sino lesivo a la integridad física y psicológica de nuestro niños. Un niño sin violencia es un hombre seguro de sí mismo, una niña sin violencia es una mujer segura de sí misma, sin odio, sin rencores, con un buen desarrollo personal y sobre todo ciudadanos que respetan a los demás porque ellos también fueron respetados. 

Movilicemos y sensibilicemos desde nuestras instancias y organizaciones a esta sociedad que encubre la cultura del castigo. No podremos acabar con la cultura de la violencia mientras el Perú no priorice a nuestra Niñas, Niños y Adolescentes. Por ello, debemos invertir en ella porque invertir en nuestra infancia y adolescencia es invertir en el Perú de hoy, invertir en ciudadanía e invertir en democracia.
REFLECTIONS ON VIOLENCE TO CHILDREN AND GIRLS By: Norma Rojas Coordinating Action for Children On November 17, the International Project "Children of the Millennium" Save the Children UK, presented the booklet "Violence Against Child. Report of the Commission for Truth and Reconciliation "which describes Violations Children's Rights during the internal armed conflict that our country lived between 1980 and 2000, and that is cause for the following reflection. According to the investigations of the Commission on Truth and Reconciliation (TRC), 12.8% were under 18, children and teenagers were subjected to torture, enforced disappearances, murdered, forced recruitment and sexual violence by both state Peruvian and subversive groups Shining Path and MRTA. 
 
The report of the TRC also noted that many to get autoinculpaciones were interrogated, tortured to scare people or learn from their parents and some were forced to witness the abuse and extreme violence that was committed against their parents, relatives, neighbors or friends. As in the case of adults, the phenomenon of enforced disappearance by the state, also occurred in children. If a child had no documents was immediately arrested, and the circumstances were that hundreds of teenagers between 16 and 17 years of age were arrested and subsequently disappeared. 

The subversive groups for its part, used the murder, forced recruitment and abduction as its main weapon against children and adolescents. In this context, the widespread sexual violence in internal armed conflict also reached our children. In the case of the State, this event served as a method of torture to obtain information from the victim or to any other person sindique, so that many of the extrajudicial killings were preceded by rape. It was also reported other forms of sexual violence as bonded or child sexual exploitation within military bases. 
 
On the part of the subversive groups, child sexual violence, but was less common, also reached a significant number of victims in relation to adults. The TRC found that despite their speeches demonstrating that where the rape was punished, were themselves leaders of the Shining Path and the MRTA who exercised. Even during withdrawals or folds perpetrated a series of violations and adolescents. Violence against children persists Some may consider violations of the Rights of the Child described above, is due to the context of political violence that our country suffered, but nothing justifies the violence against our children before and today. Por ello, en pleno proceso de reconstrucción de la democracia y cuando nos encontramos en un contexto distinto al que generó la violencia política, vemos que diariamente sus derechos siguen siendo violentados con hechos tan lamentables como los vividos en los años 80 y 90. This picture of aggression and abuse toward children is reflected in the Population and Family Health - ENDES 2000, stating that during the year 2000 41% of parents resorted to physical punishment to correct a minor. Meanwhile, during the period from January to September 2005, the Women's 

Emergency Centres MIMDES have attended 4,480 cases of violence against children and adolescents of which 65% (2890) are cases of physical or psychological violence, and 35% (1590) Sexual Violence. Another important statistic is Modules Care Child Abuse (MAMIS) installed in hospitals for the care and parcel of child abuse that indicated in the past 3 years in the 20 hospitals that have this module that have responded positively about 10000 cases. 

The Municipal Advocates for Children and Adolescents (DEMUNA) has been reported during the first half of 2005, a total of 8689 cases of violence against children and adolescents (family violence, child abuse and attacks against sexual freedom) in 19 departments of the country. In regard to the disappearance of children, the Organization of Latin American Missing Persons reported in 2004, a total of 556 children and adolescents disappeared, a figure that accounted for 36.82% of the cases reported in that year, and So far, 2005 until September, compounded 524 cases. It is worth noting that many of these stories of disappearance, are related to illicit purposes, children are separated from their families under deception, seduction or abduction and sexual exploitation (pornography, prostitution and trafficking), labor exploitation or are victims of illegal adoptions . 

The Peruvian Episcopal Conference, in the document "Children and adolescents abused: it receives and in my name to a child like this, I get," warning about the recruitment of minors for work in Rounds or committees Self Defense. The minimum age to participate in the Committees of Self Defense is 18 years, however, the episcopate said that there is evidence that this is not met and that children between 13 and 17 are involved rounds. Moreover it is the heads of committees who accept children "to replace their parents for their agility and efficiency in the actions of defense, regardless of the risks of these activities to their physical integrity, or the damage they cause his mental health to be involved in acts of violence ". And we still on the long list of undocumented cases, denial of food and affiliation on the part of parents, lack of access to education and health services, which further aggravate this context. 

Eradicate violence against children urgently needed Protect and serve our childhood and adolescence is the task of the State and Civil Society. Therefore, we must put an end to the violence that has been institutionalized against our children. Many parents believe that children are theirs and they can do with them what they want and, being a child as disabled to be protected while they wait quietly conversion into "adult". This is a wrong practice and a vision.
 
El Niño is a social subject of rights and as such have the right to participate in its development, is a subject that deserves and needs our respect. Just as the medium influences the child, the child can influence their environment without forcing its evolution. We must "respect the child in their right to think, to participate, to give their contribution and responsibly assume commitments to his family, in school, at work, the community and himself." If we want a democratic society with values of equality, equity, solidarity, justice and peace, not forming with bad examples, discard the culture of violence. Violence is not an educational tool, but injurious to the physical and psychological integrity of our children. A child without violence is a man sure of himself, a girl without violence is a woman sure of itself, without hate, without bitterness, with a good personal development and above all citizens who respect others because they were respected. 

Mobilize and sensibilicemos from our bodies and organizations in this society that conceals the culture of punishment. We can not put an end to the culture of violence while Peru does not prioritize our Children. 

Therefore, we must invest in it because investing in our childhood and adolescence is to invest in Peru today, invest in citizenship and investing in democracy.